El tratamiento de la ciencia que hacen los medios de comunicación responde, al igual que el resto de temáticas, a una serie de condicionantes marcados por los procesos de producción en las empresas periodísticas. Este funcionamiento del medio en términos de organización del trabajo es tan importante que marca la selección de los acontecimientos que van a ser convertidos en noticias y, a veces, incluso el enfoque de las mismas.
Lejos de una manipulación voluntaria, los periodistas están sometidos a un engranaje que nos ofrece una distorsión involuntaria de los hechos. El presente artículo pretende poner en evidencia esta distorsión involuntaria en el caso de la ciencia.
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