Tomás Sánchez-Araña Moreno, José Manuel González Moreno, Teresa Rueda Villar, Sergio Ruiz Doblado
A pesar de la aparición durante la última década de nuevos antipsicóticos atípicos, la clozapina continúa siendo en la actualidad el estándar en la mayoría de los algoritmos de tratamiento de la esquizofrenia resistente. No obstante, su utilización a dosis elevadas puede originar en ocasiones efectos indeseables anticolinérgicos, sobresedación, hipotensión arterial, etc., que se comportan como seudosíntomas negativos y se añaden a los síntomas negativos primarios o propios de la esquizofrenia. Ello puede comprometer a veces el funcionamiento psicosocial de los pacientes e interferir con el desarrollo de tratamientos psicológicos, sociales y rehabilitadores complementarios. La combinación con aripiprazol, un estabilizador del sistema dopamina-serotonina, podría actuar disminuyendo ligeramente los síntomas negativos primarios y evitando los seudosíntomas negativos secundarios a dosis altas de clozapina. Se presenta una observación preliminar de 3 casos tratados con esta combinación (clozapina 400-600 mg/día + aripiprazol 30 mg/día) y se señala la satisfactoria respuesta clínica y la buena tolerancia con el tratamiento combinado.
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