Diógenes de Sínope, más conocido como Diógenes «el Cínico», ha pasado a la historia de la filosofía por ser uno de los personajes más curiosos de la Atenas del siglo IV a.C. Coherente con su pensamiento, propuso un modelo de vida basado en la ruptura de las convenciones sociales y en un naturalismo que, si bien respondía al ideal griego de autarquía como característica principal del sabio, fue llevado hasta sus extremos. Este modo de vida tiene su origen en un acto de corrupción monetaria, impulsado, nos cuenta Diógenes Laercio, por una mala comprensión de una respuesta del Oráculo de Delfos. No obstante, si atendemos a la fuente principal de la vida del Cínico, Vida y doctrina de los filósofos ilustres, la explicación de los motivos que impulsaron al exilio a Diógenes no son del todo claros y cuentan, como mínimo, con cinco testimonios diferentes. Estas variaciones sobre la anécdota cínica van más allá de simples diferencias de transmisión, pues condicionan la lectura de la acción que realmente llevó a cabo Diógenes antes de exiliarse.
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