Se han contabilizado en Europa unas 20 refinerías con capacidad de producir bases lubricantes, algunas como producto único, y en España, 5 refinerías de petróleo con una producción totalmente integrada que obtienen bases lubricantes como producto principal y, según los casos, cera de parafina como producto minoritario.
Los aceites lubricantes son tremendamente comunes en nuestra vida diaria. Son utilizados en automóviles, embarcaciones, transformadores eléctricos, etc. En realidad, conforman todo un grupo de productos enormemente complejo, variado y especializado. Entre las diferentes propiedades que determinan los usos de un aceite lubricante, cabe remarcar las siguientes [1]:
- Punto de niebla: es la temperatura a partir de la cual, si se continúa enfriando, se empieza a enturbiar el aceite (la ¿niebla¿) por precipitación de n-parafinas.
- Viscosidad: es la resistencia al flujo de un fluido. Depende de la temperatura y se expresa en centiStokes (cSt).
- Índice de viscosidad (VI): es un índice que expresa el grado de cambio de la viscosidad en un rango determinado de temperatura. Los aceites lubricantes suelen tener un rango entre 0 y 100. Un alto VI indica que el cambio de viscosidad es pequeño y un bajo VI indica que el cambio de viscosidad es grande. Se calcula a partir de medida experimental de las viscosidades a 40°C y 100°C, según el método ASTM D-2270:
VI = (L - U/L - H) x 100
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