La diabetes no debería ser un impedimento para hacer ejercicio. Al contrario, la actividad física practicada de forma regular tendría que considerarse un aspecto importante del tratamiento, y caminar, una opción óptima cuando no se tienen las capacidades y destrezas que requieren algunos deportes. Diversos estudios avalan los beneficios de caminar 30 minutos al día, cinco veces por semana.
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