A. González Martínez, C. Julià i Serra
Debido al consumo creciente de cocaína desde hace aproximadamente dos décadas, creemos que es necesario disponer de una mayor comprensión de sus efectos en la enfermedad cardiovascular.
Numerosos informes relacionan el consumo de cocaína con un episodio coronario agudo. La mayor parte de esta evidencia está basada en la proximidad del consumo de cocaína y el episodio coronario.
El estudio más reciente ( NHANES III, publicado en la revista Circulation en Enero de 2001), demuestra que el consumo frecuente de cocaína ( se considera >10 veces al año), aumenta la probabilidad de que las personas jóvenes presenten un episodio isquémico.
En dicho estudio, en el que se obtuvo una muestra de 10085 personas de entre 18 y 45 años, la prevalencia del consumo frecuente de cocaína fue del 5.3%, y el porcentaje de riesgo atribuible a esta población se estimó en un 25%, por lo que 1 de cada 4 episodios coronarios agudos, sufridos por personas de entre 18 a 45 años, se puede atribuir al consumo frecuente de cocaína.
Los efectos del consumo de cocaína en el sistema cardiocirculatorio son:
A. Efectos agudos Potencia la actividad adrenérgica: aumentando la contractibilidad ventricular y la frecuencia cardíaca lo cual conlleva a un aumento de la demanda de oxígeno.
Produce una vasoconstricción coronaria favoreciendo el vasoespasmo.
Aumenta la agregación plaquetaria.
Produce una depresión de la función ventricular y arritmias.
Hipersensibilidad: miocarditis.
B. Efectos crónicos El consumo crónico de cocaína favorece el desarrollo de ateroesclerosis coronaria.
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