La poesía de Carnero se articula entre dos ejes: por un lado, el quehacer poético en sí, con su búsqueda de un nuevo lenguaje, y por otro su confrontación con el deseo, y lo que parece su única resolución, la muerte, el lugar donde se disuelve, termina, todo lenguaje y todo deseo. Pero hay un punto en el que pueden encontrarse y es en el carácter transgresor de ambos: tanto el lenguaje poético como el deseo se definen por su carácter transgresor. Ver de qué modo Carnero dice su deseo -o dice la imposibilidad de decir su deseo- será el propósito de este trabajo.
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