Santiago García-Velasco Sánchez-Morago
La monitorización hemodinámica es esencial para el adecuado manejo del paciente crítico. Una monitorización eficaz debe mostrar los datos referentes al estado hemodinámico del paciente que permitan la toma de decisiones para evitar el deterioro circulatorio realizando un adecuado tratamiento. Son numerosos los métodos que existen para monitorizar el estado hemodinámico del paciente, entre ellos, los más utilizados son el Catéter de Arteria Pulmonar (CAP) o de Swan-Ganz y el gasto cardiaco por análisis de la curva de pulso arterial (en inglés, Pulse-induced Contour Cardiac Output-PiCCO).
Este método supone, comparativamente, una monitorización mucho menos invasiva que el tradicional Swan-Ganz, además de ofrecer una serie de parámetros adicionales muy útiles y únicamente disponibles con este sistema PiCCO, como son el volumen sanguíneo intratorácico, el agua pulmonar extravascular, el índice de función cardiaca y la variación de volumen sistólico. El interés de estos parámetros radica en su especificidad para valorar la contractilidad y la precarga cardiaca y el edema pulmonar, siendo unos buenos indicadores globales del funcionamiento cardiaco. El propósito de este trabajo es facilitar a la enfermera los conocimientos necesarios para el manejo eficaz del PiCCO en el contexto de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
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