G. Rodríguez Reina, Joaquín Carballido Rodríguez
PUNTOS CLAVE Concepto. En la definición de hiperplasia benigna de próstata hay que tener en cuenta el incremento del estroma y de las células epiteliales de la glándula prostática, y también tres aspectos fundamentales: el incremento del volumen prostático, la confirmación de la obstrucción al flujo urinario y los síntomas miccionales obstructivos/irritativos.
Epidemiología. La existencia de hiperplasia benigna de próstata va ligada a la edad, ya que está presente en el 50% de los mayores de 50 años y en el 90% de los mayores de 90 años con criterios histológicos.
Hay diferencias raciales y factores genético-hereditarios, sin que se haya podido probar su asociación con factores sistémicos, nutricionales o tóxicos.
Fisiopatología. La hiperplasia benigna de próstata condiciona obstrucción por dos mecanismos:
1. Estático: por la compresión anatómica sobre cuello vesical.
2. Dinámico: por aumento y disfunción del tono muscular prostático y vesical mediado por receptores alfa-adrenérgicos.
Clínica. Se distinguen, por un lado, los síntomas de llenado como polaquiuria, nicturia, urgencia miccional, incontinencia y tenesmo; y, por otro, los de vaciado como flujo débil, dificultad de inicio, goteo terminal y micción incompleta.
Se utiliza de forma estándar el cuestionario IPSS para cuantificar estas manifestaciones.
Tratamiento médico. Se basa en la acción sobre el tono muscular vésico-prostático mediante los bloqueadores de los receptores alfa-adrenérgicos, y sobre el crecimiento de la glándula con los inhibidores de la 5-alfa-reductasa.
Tratamiento quirúrgico. Este tipo de tratamiento está indicado en caso de síntomas refractarios a tratamiento farmacológico y también ante la aparición de complicaciones: uropatía obstructiva, hematuria y litiasis vesical.
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