La compresión tumoral de la médula espinal es una urgencia neurológica corriente con una frecuencia que alcanza el 5%. Esta complicación oncológica supone una situación compleja en la que el diagnóstico y el tratamiento precoces son extremadamente importantes a la hora de evitar consecuencias graves e irreversibles como la paraplejía o la disfunción esfinteriana. La evolución de los pacientes afectados depende del grado de deterioro neurológico antes del tratamiento; de hecho, el estado neurológico preterapéutico es el factor que mejor predice el éxito del tratamiento. La historia clínica, el examen neurológico y la RM son las piedras angulares del diagnóstico y la planificación del tratamiento. El oncólogo médico debería tener presente un alto grado de sospecha ante todo dolor de espalda referido por un paciente oncológico. La radioterapia, la cirugía o ambas cosas suelen ser el tratamiento más frecuente de esta urgencia, excepto en el caso de los tumores muy quimiosensibles.
La hipertensión intracraneal es una urgencia neurológica relacionada con la afectación metastática del SNC. La identificación precoz de este síndrome está claramente relacionada con la evolución. De nuevo, un alto índice de sospecha resulta determinante para poder instaurar un tratamiento adecuado y evitar la devastación neurológica y una situación potencialmente mortal.
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