La Cumbre de presidentes del Mercosur, realizada en Asunción, contempló la ausencia del presidente venezolano Hugo Chávez, de gira por Rusia, Bielorrusia e Irán. Uno de los grandes interrogantes surgidos se relacionó con las intenciones del mandatario venezolano en relación al bloque subregional, duramente criticado por el propio Chávez. Durante la Cumbre se reflejó un malestar anterior, agravado por las críticas chavistas al Senado brasileño, al que calificó de ¿loro de Washington¿. Desde entonces se produjo una escalada declarativa que alcanzó su clímax tras el retorno de Chávez a Caracas, cuando emplazó a Brasil y Paraguay a completar los trámites para el ingreso de Venezuela a Mercosur en un plazo de tres meses, y en caso contrario no dudaría en retirarse del bloque subregional. Se abre ahora un período marcado por la incertidumbre y las respuestas de los distintos actores implicados. Algunos de ellos ya empezaron a manifestarse, como los presidentes Kirchner y Lula, pero otros todavía no lo hicieron. En el fondo, la duda es si realmente Chávez quiere estar en el Mercosur siguiendo sus normas, si pretende sesgarlo hacia el bolivarianismo o sólo busca excusas para romper los compromisos responsabilizando a otros de sus propias actitudes. En el caso de que la respuesta a la cuestión anterior sea que Chávez trate de romper con el Mercosur, otro punto importante es cuándo y cómo se produciría esa ruptura. Este trabajo analiza las motivaciones del presidente Chávez, que no de Venezuela, para seguir o retirarse del Mercosur, bajo qué condiciones y las consecuencias que una eventual salida venezolana provocaría sobre el proceso de integración latinoamericana, ya golpeado por la ruptura de la Comunidad Andina de Naciones (CAN)
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