La profesora Aravena no se describe a sí misma como una feminista. Sino más bien todo lo contrario. Ella quiere que el mundo adscriba una vez más a aquellos valores de la feminidad clásicamente menospreciados, lo cual signifi ca retomar todas aquellas actitudes, principios y hábitos de la mujer tan fi eramente criticados por las feministas. Cree fi rmemente que las mujeres están mucho mejor preparadas para enfrentar el desafío de organizar y administrar la complejidad que encontramos en las sociedades modernas contemporáneas. Para llegar a esta conclusión tan ambiciosa, echó una mano a los trabajos teóricos de algunas de las más famosas y celebradas intelectuales mujeres norteamericanas, como son Hannah Arendt, Mary McCarthy, Ayn Rand y Margaret Mead.
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