La industria del cemento es una actividad regional en la que las fábricas son propiedad de compañías multinacionales.
El carácter regional de los mercados y las diferencias en la legislación aplicable determinan la existencia de distintos requisitos en el proceso de producción: los costes de producción del cemento dependen en gran medida de los del combustible usado. Para reducir estos costes, se emplean combustibles alternativos o procedentes de residuos.
Estos combustibles van desde neumáticos usados y harinas obtenidas a partir de cadáveres de animales hasta los residuos diarios que todos producimos. En todo caso, al sustituir los combustibles fósiles por los obtenidos a partir de a partir de residuos residuos, se reducen significativamente los costes de producción. Pero no todo son ventajas en esta sustitución. La variabilidad de los combustibles de residuos desestabiliza el proceso de combustión. Además, la legislación sobre emisiones cuando se queman residuos en lugar de carbón es mucho más estricta. Surgen así nuevos retos para el sistema de automatización en orden a mantener la calidad del cemento y garantizar los límites legales de funcionamiento.
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