La crisis del gobierno de Lula no se reduce a un problema de corrupción. Tiene su raíz en una concepción del Estado como aparato ajustable y contabilizable y en la transformación del Partido de los Trabajadores en una máquina electoral dedicada exclusivamente a la conquista de la Presidencia. En un contexto de modernidad tardía y periférica, la desorganización del mundo del trabajo desarticuló a las clases y los grupos de referencia y está arrastrando a partidos, sindicatos e instituciones políticas. Lo que está en juego en Brasil, entonces, no es solo la supervivencia del gobierno, sino un modo de hacer política, concebir el Estado y pensar el cambio social.
The crisis of Lula¿s government is not simply a problem of corruption. It is rooted in a conception of the State as an apparatus that can be adjusted and in the transformation of the Workers¿ Party (PT) into an electoral machine dedicated exclusively to winning the Presidency. Within the context of a late and peripheral modernity, the disorganization of the labor market produces a disarticulation of the traditional classes and groups as references, and is adversely affecting parties, trade-unions and the political institutions. As a result, what is at stake is not simply the fate of the government, but a way of exercising politics, of conceiving the State and of thinking about social change.
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