"Harán también un arca de madera de Sittim, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro puro, por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor." Éxodo 25
"Finalmente, ordena enterrar su cuerpo en el templo de Amón." Justino, Epítome XII, 15, 7.
Biógrafos como el historiador griego Arriano (c. 95-c. 175) ¿autor de Anábasis, sobre la expedición de Alejandro Magno¿, contaron que a la muerte del emperador macedonio, ocurrida en Babilonia el 10 de junio del año 323 a. de C., los embalsamadores egipcios prepararon su cuerpo para trasladarlo hasta el lugar de enterramiento. Dicho lugar, según algunas fuentes, debía haber sido Vergina, en Macedonia, donde descansaban los restos de todos sus antepasados. Sin embargo, cuando todo estaba dispuesto, su amigo el general Ptolomeo desvió la comitiva hacia Menfis (Egipto), donde Alejandro fue enterrado siguiendo el rito macedonio. Finalmente, el cuerpo fue trasladado a un hipogeo en el centro de Alejandría.
Después de un siglo XX plagado de grandes hallazgos arqueológicos, nos hemos preguntado qué queda hoy por descubrir, cuántas culturas permanecen ocultas a nuestros ojos y qué increíbles y fascinantes sorpresas nos deparará el siglo XXI. Autores de la Antigüedad como Platón y Homero o libros como la Biblia nos ofrecen algunas pistas. En este dossier especial presentamos diez grandes misterios arqueológicos que aún esperan una solución. Hay muchos más, pero estos son los más legendarios. Y, además, explicamos cómo la tecnología se ha puesto al servicio de la arqueología y cuáles son los últimos sistemas de detección y análisis de restos de nuestro pasado.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados