Dos encuestas realizadas en cárceles mexicanas revelan las pésimas condiciones de vida de casi un cuarto de millón de presos: hacinamiento, falta de atención médica y la necesidad de apelar a los familiares para garantizarse la alimentación más básica forman parte de una tendencia que se ha profundizado en los últimos diez años. La administración de justicia también presenta graves deficiencias, desde las dificultades para investigar delitos complejos hasta la violación de las garantías legales. El artículo sostiene que solo si combate la impunidad y se arraiga la percepción de que hay reglas que nadie viola será posible reducir de modo sostenido los índices delictivos.
Two surveys in Mexican prisons reveal the awful living conditions of almost a quarter of a million inmates: overcrowding, lack of medical care, and the need to count on parents in order to cover even basic food needs. This is a tendency that has become even more marked over the last ten years. The administration of justice is also notoriously deficient, with problems that range from the difficulties in investigating complex crimes to the violation of legal rights. This article argues that only if impunity is successfully overcome and there is a well-founded perception that there are inviolable rules, is there any possibility of a sustained reduction in crime rates.
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