Este artículo presenta argumentos a favor de la idea de que una estrategia de envejecimiento activo en que estén debidamente articulados los campos clave de las políticas de empleo, pensiones, retiro, salud y acción cívica permitirá que los países industrializados actúen sobre bases sólidas frente a los desafíos planteados por el envejecimiento de la población. Después de reseñar cómo surgió el concepto de "envejecimiento activo" y los principios que deberían integrarse en un enfoque moderno y amplio ajustado a los requerimientos del siglo XXI, el artículo expone de qué maneras se puede aplicar ese concepto a la solución de problemas en los cinco renglones de política antedichos. Seguidamente, esboza una estrategia de envejecimiento activo, dando ejemplos acerca de cómo podría aplicarse en diferentes etapas del ciclo vital. En conclusión, pone de relieve los posibles beneficios que podrían lograrse gracias a la aplicación de una amplia estrategia de envejecimiento activo caracterizada por la conjunción en una sola política de sólidas bases morales y criterios económicos inatacables.
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