Una vez se llega a firmar un acuerdo de joint-venture, la atención ha de centrarse en su correcta aplicación. Es entonces cuando comienza el reto de los ejecutivos y los factores que determinan el éxito de una empresa. Llevar hasta el éxito una joint-venture implica una gran cantidad de relaciones, cuya gestión consiste en establecer un correcto equilibrio entre las exigencias de los socios y las demandas internas del propio acuerdo. El principal objetivo es asegurar el mantenimiento de todos los nexos de comunicación y las interconexiones entre las diferentes partes
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