A raíz del descubrimiento de importantes yacimientos petroleros, Yopal, Aguazul y Tauramena, ciudades del piedemonte casanareño, registraron una aceleración brutal del ritmo de crecimiento poblacional. Mientras se intensificaban las corrientes migratorias tradicionales de corta distancia, se dieron unos nuevos flujos migratorios de larga distancia y se intensificaron prácticas migratorias circulares, basadas en estadías cíclicas en estas ciudades. A la par con los cambios demográficos, pero sin tener un buen diagnostico de éstos, los gobiernos locales tuvieron que asumir una ampliación de sus competencias y un aumento sensible de sus recursos, con las regalías petroleras. Mediante un análisis de la dinámica del mercado de la vivienda, se pone en evidencia el papel respectivo de los distintos actores, privados y públicos, y sus consecuencias en términos de condiciones habitacionales : al lado de la producción de vivienda nueva, las prácticas residenciales de la población juegan un rol esencial en el proceso de construcción de la ciudad.
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