La teoría de la facilitación social es una de las más paradigmáticas de la psicología social porque representa el carácter científico y experimentalista de la disciplina; sin embargo, en este artículo creemos demostrar que dicha teoría recurre a muestras sesgadas de población para validar sus hipótesis: las tareas investigadas son prácticas o productivas omitiendo otras más humanas y cotidianas como dialogar u orinar. La teoría de la facilitación social, lejos de alcanzar la objetividad, refleja la ideología de la psicología social americana porque ignora funciones humanas básicas y comunidades estigmatizados como tartamudos y paruréticos.
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