Las poblaciones de las diferentes sociedades se caracterizan por actitudes culturales duraderas que tienen consecuencias políticas y económicas importantes. Este articulo pone de manifiesto que, a lo largo del periodo 1973-1987, determinadas nacionalidades presentaban de forma sistemática niveles relativamente altos o bajos de una ?Cultura Cívica?, es decir, un síndrome coherente de satisfacción personal ante la vida, satisfacción política, confianza interpersonal y apoyo al orden social existente. Las naciones que ocupan un lugar elevado en el ranking de este conjunto de actitudes también muestran una predisposición mucho mayor a ser democracias estables que las que se sitúan al final del este ranking
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