Impulsar ciertos comportamientos éticos en la organización será favorable para todos: para la sociedad, para la propia organización y para cada una de las personas que la componen. La ética puede ser una fuente de ventaja competitiva frente a otras organizaciones, pero estas razones por sí solas no justifican la necesidad de tener en cuenta esta dimensión; cabe hablar de un tipo de razones de segundo orden (psico-sociales). Existen razones psico-afectivas que llevan a cumplir con las propias responsabilidades, a obrar bien.. Estas razones están detrás de grandes avances en cuestiones de justicia; las razones de primer orden (humanas) existen para no olvidar que la ética en las organizaciones no es por conveniencia sino por necesidad.
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