Aquellas empresas que se hallen en posesión de una amplia cartera de patentes tienen una serie de ventajas: se aseguran su uso en el futuro, pueden obtener un activo importante para negociar con otras empresas y pueden mejorar su imagen, pues las patentes tradicionalmente han sido consideradas como uno de los indicadores para medir la actividad innovadora de las compañías. El modelo que vamos a presentar, se ha elaborado para cumplir todos los requisitos que forman parte de la valoración de una patente, volatilidad en la generación de flujos de caja y gasto en inversión, entornos cambiantes, y en general, la inclusión del alto nivel de riesgo que llevan aparejados estos activos. Sin embargo, la filosofía del modelo y el modo de captar estos parámetros podría ser adaptado para la valoración de otro tipo de patentes industriales e incluso para valorar otros activos intangibles, práctica, por otro lado, cada vez más requerida en el mundo del corporate y la banca de inversión.
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