Recientemente se está criticando la idea de que una educación pública generalizada es beneficiosa para la sociedad porque difunde el conocimiento, las habilidades prácticas y favorece la movilidad social. Se analizan tres modelos que relacionan el nivel de educación con el empleo : el tecnodemocrático, basado en la teoría funcionalista de la estratificación ; el radical o marxista, que considera la educación como un medio de reproducir las desigualdades existentes ; el credencialista, fundamentado en la teoría del conflicto y algunos aspectos del pensamiento weberiano. Además de sus puntos débiles, todos estos modelos son inadecuados al tratar el tema de los ingresos laborales y su desarrollo histórico. Un análisis adecuado debe tener en cuenta el nuevo Dofl y las demandas específicas hechas a los trabajadores. Como ejemplo del fracaso del ideal tecnodemocrático de educación como instrumento de movilidad e igualdad social se pone el desempleo endémico entre los jóvenes graduados en los países capitalistas
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