Al norte de la localidad de Arnedo se encuentra un conjunto arquitectónico poco habitual en la geografía de La Rioja. Se trata de un entramado subterráneo compuesto por galerías excavadas en la roca arenisca, con un trazado rectilíneo de más de 2 kilómetros de longitud. A día de hoy siguen sin estar claros sus orígenes ni su finalidad, aunque lo más aceptado es que sirvió para transportar el agua del río Cidacos. Aquí se muestra el actual estado de la cuestión y algunas de sus interpretaciones.
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