Los estudios descritos en este artículo confirman el papel de los mecanismos inmunológicos e inflamatorios en la patogenia de la aterosclerosis. El estudio inmunológico-inflamatorio es evidente en muchas enfermedades autoinmunes, pero también en la población general que no padece una enfermedad autoinmune manifiesta. La capacidad de inmunomodular la aterosclerosis (actualmente, sólo experimental) debería conducir a futuras investigaciones sobre los mecanismos y el tratamiento de la aterosclerosis, la causa principal de muerte en el mundo occidental.
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