La trampa de la experiencia

• Autores: Kishore Sengupta, Tarek K. Abdel-Hamid, Luk N. Van Wassenhove
• Localización: Harvard Business Review, ISSN 0717-9952, Vol. 86, Nº. 2, 2008, págs. 74-81
• Idioma: español
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• Resumen

  • Cuando las empresas contratan a gerentes avezados para dirigir proyectos importantes, no esperan atrasos, presupuestos excedidos y múltiples defectos. No obstante, eso encontraron los investigadores cuando analizaron a cientos de experimentados gerentes de proyectos mediante juegos computacionales que simulan proyectos de desarrollo de software. El estudio, efectuado por dos profesores de Insead y uno de Naval Postgraduate School, sugiere que los veteranos en entornos complejos sufren colapsos en el proceso de aprendizaje.

    La investigación identifica tres razones para estos colapsos. Los lapsos de tiempo entre causas y efectos hacen difícil ver cómo éstos están conectados; los cálculos falibles dan forma a la cadena de decisiones que determinan el resultado de un proyecto; y los sesgos de meta inicial impiden que los gerentes modifiquen y adapten sus metas según los cambios en las circunstancias del proyecto.

    Las empresas pueden dar pasos prácticos para reparar el ciclo de aprendizaje. Pueden proporcionar feedback que muestre las relaciones entre importantes variables en el entorno. Este feedback podría revelar, por ejemplo, el periodo de preparación de 20 días que un nuevo equipo de aseguramiento de calidad requiere antes de ser totalmente eficaz. Las herramientas que aplican modelos formales para calcular cosas como el efecto de la rotación en la productividad de un equipo también sirven. Establecer metas de conductas en lugar de metas de desempeño también es clave. Finalmente, las empresas pueden crear ¿simuladores de vuelo¿ para el proyecto que si bien emulan verdaderos entornos de aprendizaje no permiten que la complejidad abrume a los participantes.

    Los gerentes pueden seguir aprendiendo sólo si reciben apoyo para sus decisiones adaptado a los desafíos que enfrentan. Las empresas deberían preocuparse de capacitar a las personas que ocupan puestos más altos en la organización en lugar de dejarlas que resuelvan sus problemas por sí solas.