A menos que desafiemos los viejos supuestos sobre cómo los líderes deberían actuar y de dónde deberían surgir, muchas personas que podrían ser líderes globales eficaces permanecerán invisibles, dice la profesora Hill de Harvard Business School. En vez de suponer que los líderes deben actuar haciéndose cargo, una definición más amplia de liderazgo incluye crear un contexto en el que otras personas están dispuestas y son capaces de guiar a la organización. Y en vez de buscar la siguiente generación de líderes globales en las enormes corporaciones occidentales y en las escuelas de negocios de elite, hay que ampliar la búsqueda a los países en desarrollo.
En esta conversación con el editor senior de HBR Paul Hemp, Hill describe la naturaleza cambiante del liderazgo y lo que podemos aprender en diversos lugares del mundo donde las personas no habían tenido, hasta hace poco, oportunidades para convertirse en ejecutivos globales capaces. En Sudáfrica, por ejemplo, el Congreso Nacional Africano brindó una rigurosa preparación para el liderazgo a muchos ejecutivos negros. Hill también detectó dos enfoques ¿tanto en economías desarrolladas como en desarrollo¿ que considera que serán necesarios en un entorno de negocios cada vez más complejo. El primero, liderar desde atrás, involucra dejar que las personas se entreguen las riendas mutuamente, dependiendo de sus fortalezas, a medida que cambie la situación. El segundo, el liderazgo como genio colectivo, apela a liberar y aprovechar los talentos colectivos de los individuos, especialmente para fomentar la innovación.
A través de sus descripciones de estos enfoques en empresas como Sekunjalo Investments, HCL Technologies e IBM, Hill resalta los desafíos de encontrar y preparar personas capaces de liderar dando un paso atrás y dejando que otros pasen al frente para que elaboren sus propios juicios y tomen riesgos.
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