El 10 de agosto de 2002, se cumplirán doscientos años de la ascensión de Louis-François-Elisabeth Ramond de Carbonnières a la cima del Monte Perdido (3.355 m), el gran coloso del Pirineo aragonés. La comunidad de los montañeros se dispone a celebrar esos dos siglos de una actividad que, más que un deporte, constituye casi un modo de vida. En torno a la figura del alsaciano que es considerado como el padre del pirineísmo, este verano todos tenemos una cita sobre la altiva cúspide que conquistara nuestro Gigante Calcáreo del Marboré.
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