La banca de inversión ha experimentado en los últimos cuatro años una tremenda expansión en sus cifras de negocio y en sus cotas de rentabilidad y eficiencia. Una buena parte de esa prosperidad reciente se ha debido a la relación simbiótica establecida con dos nuevas categorías de clientes: las casas de private equity y los hedge funds. El enorme auge de esas nuevas fuentes de negocio ha sido aprovechado por la banca de inversión, que ha adaptado sus estructuras a los nuevos client es, sectores y productos para obtener el máximo rendimiento a las nuevas oportunidades. La actual corrección experimentada en los mercados no debe secar o disminuir el empuje de esas fuentes de negocio de manera permanente. Pero si lo hace, la banca se adaptará otra vez a la nueva realidad como lo ha hecho siempre.
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