Este trabajo analiza y caracteriza que significativos son los envíos que los emigrantes uruguayos realizan a sus familiares que quedaron en el país. Se concluye que hay una tendencia creciente de familias destinatarias de esos flujos que se ha multiplicado por cuatro en el período 2001-2005. Los hogares compuestos por una familia numerosa y los que tienen a una mujer como jefa cuentan con más probabilidades de recibir remesas. En cambio, es menos factible que se vean beneficiados con envíos de familiares en el exterior aquellos hogares en los que trabajan varios de sus miembros y en los que se perciben ingresos no salariales. Desde el punto de vista geográfico, los hogares situados en Montevideo y en el sur del país, donde la densidad poblacional es más alta, tienen mayor probabilidad de recibir remesas. Asimismo, los hogares que reciben remesas tienen menos chances de ser propietarios de la vivienda que habitan. No obstante, los hogares que reciben remesas presentan una tasa más alta en cuanto a la posesión de artículos de confort, tales como aparatos microondas, televisores, lavarropas, etc. Los hogares en los que el jefe posee un nivel de educación más alto tienen mayores chances, aunque no demasiado altas, de recibir remesas. Este hecho es digno de destacar porque, contrariamente a lo que suele pensarse, el emigrante uruguayo tiene un perfil de alto nivel de escolaridad. Esta es una característica diferente a la de México y países centroamericanos, en donde emigran personas con escasos estudios, lo que sugiere una situación económica muy desfavorable del hogar. Finalmente, las mismas variables que explican que un hogar reciba remesas son relevantes para determinar el monto de remesas recibido.
In this study we analyze one of the by-products of Uruguayan emigration, the remittances that are sent back home. We conclude that remittance receipts have been growing over the period of our study, 2001-2005. For each household receiving remittances in 2001, four households were recipient households in 2005. Household size and female headed households are more likely to be recipient households. On the other hand, recipiency is less likely in households with a large number of working members and households enjoying larger levels of non-labor income. Individuals living in Montevideo and in the southern departments are more likely to be recipient households relative to households in the geographic center of the country. While recipient households are less likely to own homes, they do have higher levels of home possessions as indicated by the possessions wealth index. A finding of note is that households with more educated heads are associated with a higher likelihood of recipiency. This finding is interesting because the received wisdom is that the higher levels of education embodied in Uruguayan emigrants (perhaps reflecting education levels of the originating household) serves as an explanation for the relatively low levels of remittances thought to be received by Uruguayan household. We also find that the same variables that explain the receipt of remittances explain the level of receipts.
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