Hoy en día se dispone para el mantenimiento de más tecnología y mejores herramientas, recambios, programas y metodologías que nunca. Pero muchos departamentos de manteniemiento están fallando a la hora de alcanzar las expectativas y rendimientos que la dirección de sus empresas habían previsto. La reacción, en muchos casos, es echar la culpa a la tecnología y a las últimas modas en gestión de mantenimiento. De hecho, tales nuevas iniciativas pueden también fallar en sus objetivos a no ser que la empresa acometa seriamente la formación de su personal de mantenimiento.
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