Objetivo: el médico de familia es el primer profesional de salud que puede actuar preventivamente sobre la población anciana de riesgo. El objetivo de este estudio es evaluar la eficacia de una intervención multifactorial tras la valoración geriátrica integral (VGI) en términos de morbimortalidad. Material y métodos: ensayo clínico aleatorizado, con grupo control (GC), en personas mayores de 75 años visitadas en las consultas de un centro de atención primaria durante un período de 18 meses. Según la VGI, se clasificó al anciano como frágil o no; en el grupo de intervención (GI) los pacientes frágiles recibieron una intervención personalizada, mientras que a los no frágiles se les ofreció participar en una sesión grupal. Resultados: participaron en el estudio 620 sujetos, el 49,7% aleatorizados al GI y el 50,3% al GC. Realizaron la visita de seguimiento 430 (69,4%) pacientes. En la visita final, los pacientes del GC mostraron un riesgo significativamente superior de depresión (Yesavage) que el GI (p = 0,048). Durante el seguimiento, el 13% del GI modificó su estado inicial de frágiles a no frágiles frente al 5% del GC, mientras que el 11% del GI pasó a ser nuevos pacientes frágiles frente al 22% del GC (p < 0,001). Se registró un 15% de eventos (ingreso en residencia, atención domiciliaria o defunción) en el GI frente a un 17% en el GC (p = 0,64). Conclusiones: la intervención se mostró efectiva al contener el número de pacientes frágiles de nuevo diagnóstico y al aumentar el número de pacientes que revirtieron el proceso en el GI durante el seguimiento. La VGI resulta efectiva si se asocia a una intervención.
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