Toda organización debe estar enfocada hacia el cliente externo, puesto que es a quien se dirige el negocio y quien lo sustenta. No obstante, para responder a sus demandas necesariamente se ha de contar con el cliente interno y con una red de proveedores y colaboradores, que son quienes llevan a la práctica la teoría empresarial. Así, nos encontramos con cinco tipos de clientela (cliente externo, cliente interno, cliente proveedor, cliente accionista y cliente stakeholder), cuyas necesidades ha de satisfacer toda empresa con vocación de permanencia en el mercado.
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