La discrepancia existente entre la dinámica del movimiento de los dientes pilares y la de las prótesis parciales removibles parece ser la causa principal del relativamente alto índice de fracasos de tales restauraciones. La diferencia de movimiento bajo carga es más acusada en prótesis con una adaptación deficiente, en las que el valor del diente pilar se puede llegar a multiplicar por treinta. Los principios de la base estable se ocupan precisamente de ese problema y tienen por objetivo contrarrestar dicho fenómeno por medio de una réplica de la zona de soporte protésico que abarque hasta el más mínimo detalle de la mucosa. Una base metálica de dimensiones invariables y extremadamente precisa obtiene un grado de retención suficiente por medio del microespacio que la separa de la mucosa y de la saliva interpuesta. La conexión a los dientes remanentes por medio de ataches sencillos, que no funcionan a fricción, sólo cumple la función de estabilizar horizontalmente la prótesis. La libertad de movimiento vertical en el interior de los ataches puede amortiguar las diferencias de movimiento de por sí mínimas entre el diente y la base de la prótesis, sin que los dientes pilares tengan que soportar las conocidas fuerzas basculantes. Una base de tales características proporciona además un apoyo estable para unos contactos oclusales un uniformes. En el presente trabajo se resume la experiencia clínica recabada a lo largo de 25 años con estos principios, tanto en dientes remanentes como en casos límite con implantes, por medio de un procedimiento terapéutico que puede servir en el futuro como base para estudios prospectivos. Al odontólogo se le brinda la oportunidad de revisar los paradigmas de la prótesis parcial clásica y de ofrecer a sus pacientes de este ámbito una forma de tratamiento menos invasiva y más conservadora.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados