Además de retener el talento en una empresa, hay que saber gestionarlo con lo que el propio talento demanda. La cultura de dirección ha evolucionado y, de ser los jefes los que exigían a sus trabajadores un debido cumplimento, son ahora los profesionales los que exigen a sus directores. Actualmente, si un profesional no ve cubiertas sus expectativas, queda desmotivado o, simplemente, se marcha
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados