El centro prioritario de este trabajo consiste en explicar algunos de los problemas que tuvieron que sortear muchos hombres y mujeres dedicados a la enseñanza en pueblos de pocos habitantes. Las adversidades sustanciales fueron las económicas, al percibir un salario reducido, el cual tardaban en abonar los ayuntamientos, aparte de sufrir muchas privaciones, como tener su domicilio en las casas donde se hallaba el recinto destinado a escuela. Las clases complementarias les sirvieron para compensar las carencias del sueldo. La ley Moyano modificó algunas de las condiciones de los enseñantes, aunque no satisfizo la mayoría de sus aspiraciones. Aun así, los maestros de escuela fueron un referente esencial, al detentar las cualidades de honestos, intachables, ocasionalmente no muy culto, pero preocupados por incrementar los niveles educativos de los gobiernos liberales.
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