La moderna delincuencia económica organizada provoca que el Derecho Penal tradicional inicie un proceso de redefinición de sus principales construcciones de parte general, movimiento dado en llamar Derecho Penal de tercera velocidad o del enemigo; que se concreta en una flexibilización tanto sustantiva ¿vr. gr. delito continuado, comiso y confiscación, entre otras muchas¿ como adjetiva del proceso penal garantista, tal y como se ha concebido hasta finales del S. XX, sin que la eventual participación lucrativa en los beneficios y productos del delito quede ajena a este proceso. La sentencia que recientemente ha dictado la Sala II del Tribunal Supremo en el conocido como caso Torras-Kio, realiza significativos aportes a esta remodelación del Derecho Penal en general y respecto a la participación lucrativa en particular.
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