El análisis de la deformación tectónica frágil a distintas escalas en un sector de la Cordillera Ibérica oriental ha permitido definir el patrón de fracturación, caracterizado por tres familias principales de fracturas (NNE a NE, ENE y E a ESE). Las estructuras frágiles (estilolitos, juntas de extensión, zonas de cizalla semifrágil y, fundamentalmente, fallas) registran una tectónica alpina polifásica. Del análisis poblacional de las microfallas se infieren dos campos de esfuerzos compresivos, principalmente en régimen de desgarre, de los cuales sólo el primero tiene reflejo a nivel macroestructural, y un estado distensivo en régimen de extensión radial o multidireccional. Las relaciones de corte observadas entre las ditintas estructuras ha mostrado la evolución temporal siguiente: 1) compresión ENE; 2) compresión ESE y 3) distensión NNE tendente a radial. El estudio de la fracturación mediante distintas metodologías adaptadas a la escala macro, meso y microestructural ha permitido establecer nexos de relación entre los resultados de todas ellas y poner de relieve la influencia que las estructuras mayores tienen en aquellas de menor rango. Así, la cartografía detallada de fracturas (fundamentalmente a escala mesoestructural) ha permitido observar variaciones en la distribución y orientación de las mismas. Tales variaciones han sido interpretadas como fenómenos de perturbación de esfuerzos por estructuras mayores que, en la mayoría de los casos, han podido ser identificadas. Se han estudiado ejemplos de estas perturbaciones en relación con familias de fallas tanto de desgarre como de componente normal
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