El 17 de julio de 1936 tropas militares se sublevaron en el Norte de África, al día siguiente consiguieron pasar a la Península. A diferencia de los golpes de estado que se habían venido produciendo a lo largo del siglo XIX, esta vez no consiguió triunfar y su fracaso desencadenó una sangrante guerra civil. El 18 de julio José Ignacio Mantecón se encontraba en Madrid informando a Cesares Quiroga sobre la situación de las guarniciones de Zaragoza y Pamplona, las fuerzas sociales y políticas estaban al corriente de los movimientos y contactos que se venían produciendo entre los mandos del ejército desde hacía ya un tiempo1. Desde el primer momento Mantecón participa activamente en la defensa de la República. En Madrid, junto con Eduardo Castillo, diputado socialista, funda las Milicias Aragonesas, con las que más tarde será enviado al frente2.
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