El rafígrafo que Braille y Foucault idearon en 1841 para facilitar la comunicación escrita entre ciegos y videntes resulta hoy un curioso antecedente de la máquina de escribir. En este comentario se recuerdan otros precedentes históricos, como la máquina de Henry Mill, o la de Pellegrino Turri, construida en 1808 para una usuaria ciega, y se revisa la documentación sobre la máquina de Turri accesible a través de Internet.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados