Este artículo pretende exponer el significado que se concedió al término “partido político” en el temprano pensamiento constitucional español. Durante el siglo XVIII, los pensadores españoles vieron a los partidos sustancialmente como realidades presentes en Inglaterra y de muy difícil implantación en otros países. Hasta la mitad del siglo XIX, los partidos empezaron a identificarse con “facciones” y se las vio como asociaciones peligrosas, que rompían con la unidad nacional. Habrá que esperar a 1855 para encontrar, de la mano de Andrés Borrego, la primera gran obra dedicada monográficamente a los partidos políticos, y en la que se expondrá sus virtualidades para el gobierno nacional.
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