A comienzos del siglo XX, las ciudades gallegas de mayor pujanza económica como A Coruña, Vigo o Ferrol, que concentraban una incipiente industrialización, experimentaron un sensible crecimiento. Se ensancharon los antiguos núcleos y se abrieron nuevas calles, avenidas y jardines que contribuyeron a perfilar un renovado paisaje urbano. Fue en estos ensanches donde se levantaron los nuevos edificios, construidos de acuerdo con las distintas corrientes estilísticas y promovidos en su mayor parte por una próspera burguesía deseosa de significar su creciente protagonismo también en el terreno de la arquitectura municipal.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados