Los gobernadores están más presentes y son más activos en el escenario nacional mexicano desde los años noventa, pero mayormente después de 2000, cuando empiezan a organizarse frente al ejecutivo federal y constituyen una asociación de defensa de sus intereses: la CONAGO. Construida alrededor de las reivindicaciones hacendarías y presupuestales de los estados, la CONAGO sirve de tribuna a los gobernadores, sobre todo a los gobernadores del PRI, quienes la utilizan como instrumento para influir en la agenda del gobierno federal y en la política nacional, aun cuando este partido ya no encabece el Estado. La nueva (y relativa) autonomía de los mandatarios estatales es posibilitada por el repliegue del presidente dentro de los límites de sus atribuciones constitucionales, originado, entre otros factores, por las repetidas victorias de los partidos de oposición, que rompen la doble cadena del control priista sobre el juego político: la partidaria y la institucional. Sin embargo, el sistema político mexicano sigue siendo presidencial y centralizado, y la influencia de la CONAGO sobre las grandes decisiones y las políticas públicas es, por tanto, limitada. El futuro de la CONAGO dependerá de la capacidad de sus miembros para ir más allá de los intereses particulares de los estados que representan. En ese sentido, la configuración del poder, tras la elección presidencial de 2006, va a ser determinante.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados