En este texto se explica el surgimiento de la administración internacional de territorios a la luz del desorden que ha acompañado al fin de la Guerra Fría y de la consecuente expansión de las tareas y responsabilidades del mantenimiento de la paz. A diferencia de éstas, la administración internacional conlleva una clara orientación política que tiende a variar en función de la autoridad conferida control territorial, supervisión o gobernanza directa. No obstante, la administración internacional se distingue de la ocupación militar por estar basada en el consentimiento y por su sujeción a algún organismo internacional. Pese a la creciente demanda generada por los síntomas de debilidad del Estado en el mundo en desarrollo, las críticas neocolonialistas y las dificultades con las que se ha topado esta empresa han llevado a la ONU a optar por el modelo de presencia ligera y a poner en duda el futuro de la administración internacional.
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