En la sociedad posmoderna, donde reina la complejidad y la dispersión, el individuo ha desertado de la vida social en busca de su propia realización. En vez de esto, ha conseguido alienación, soledad, incomunicación, tedio, vacío. Los seres humanos se han ido deshumanizando, han perdido el rumbo de la realidad. Ahora lo verdadero es la realidad representada por los medios de comunicación. Vivimos el día a día por medio de pantallas que no hacen más que vaciarnos por dentro y atrofiar nuestros sentidos. Nos da igual ya el dolor y la miseria del otro, vivimos en un continuo proceso de congelación. El cine de Haneke nos muestra mediante su contenido y su forma la fragmentación de la sociedad. Lucha contra el embrujo de los medios e intenta despertar de su letargo pasivo a los espectadores.
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