Los autores han estudiado y seguido la evolución de la ganadería extensiva o el aprovechamiento de los pastos pirenaicos en los últimos 50 años. Aunque el sistema trashumante se ha debilitado mucho, persiste en buena medida la capacidad productiva del pasto, y la reciente declaración de Parque Natural de los Valles Occidentales abre nuevas perspectivas para renovar la cultura tradicional. Revisando las aportaciones previas, insistimos en el papel ecológico de los herbívoros que -tras una selección etológica- mejoran el pasto y pueden facilitar su gestión. Para mantener las estivas o pastos de verano, también parece necesario utilizar las dehesas boyales o boalares cercanos a los pueblos, campos abandonados y pardinas o fincas prepirenaicas, como se aprecia en el caso concreto de los valles jacetanos de Aísa-Borau. En la actualidad hay suficientes conocimientos, pero para revitalizar el sistema y animar a los jóvenes pastores urge la coordinación de iniciativas entre las escuelas, facultades, centros de investigación y los espacios naturales protegidos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados