La palabra latina pestis no tiene otro significado que el de calamidad y ruina. Aún hoy se dice que una cosa mala, o que puede ocasionar daño grave, es una peste. A principios del siglo XIV, entre Europa, el norte del África y el cercano Oriente, la población llegaba a los 100 millones de habitantes. Pero en cuatro años (1348- 1352) la cuarta parte de ellos murió victima de una terrorífica enfermedad que se extendió por diversos territorios, matando a la mayoría de los que tuvieron la mala suerte de padecerla. Tras innumerables oleadas de destrucción, la peste desapareció, por fin, de gran parte de Europa Central, sin que se sepa a ciencia cierta por qué. Lo que si es cierto, es que la desaparición de la peste coincidió con ciertas mejoras en los niveles de higiene y sanidad.
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