Resumen de Cómo descifrar la evidencia ambigua: [entrevista a Errol Morris]
Nubar Alexanian (entrev.)
Es poco usual que la información recibida por los altos ejecutivos no haya pasado por un filtro. Las opiniones impopulares son censuradas, y las opiniones tendenciosas son presentadas como argumentos objetivos. Se cometen errores de buena fe. Luego, es el ejecutivo quien debe ordenar todo y llegar a una conclusión prudente.
Pocas personas pueden obtener una visión tan precisa de una situación como Errol Morris, el galardonado director de películas como La delgada línea azul y Standard Operating Procedure �estrenada este año�, una exploración de la elusiva verdad detrás de las tristemente célebres fotografías captadas en la cárcel de Abu Ghraib. Un artículo del Guardian ubicó a Morris entre los diez mejores directores de cine del planeta, describiéndolo como un cineasta con la �mente de un forense� y �el ojo de un pintor�.
En este artículo, Morris habla con Lisa Burrell de HBR acerca de cómo él analiza la evidencia ambigua y las visiones antagonistas para llegar a la verdadera historia. �No creo en la noción posmoderna que señala que existen distintos tipos de verdad�, señala Morris. �Hay sólo una realidad objetiva, y punto�. Llegar a ella requiere mantener una mente abierta ante todo tipo de evidencia y, a menudo, una mayor cantidad de investigación de lo que uno podría imaginar.
Si hallar la verdad depende de la perseverancia, convencer a las personas de ella es una especie de arte, respecto de la cual Morris ha tenido mucha experiencia, no sólo como documentalista, sino que también como renombrado director de publicidad televisiva para importantes empresas.
Morris presenta la candidatura presidencial de John Kerry de 2004 como una advertencia: Kerry dio la impresión a los votantes de que era un hombre poco auténtico cuando sólo enfatizó haber hecho su servicio militar y no habló sobre sus actividades posteriores de protesta contra la guerra. Morris se quedó con las ganas de entrevistarlo, dejándolo hablar usando sus propias palabras, de modo que su humanidad pudiera emerger.
