Los educadores físicos además de la responsabilidad de educar integralmente a nuestros alumnos/as, tenemos la posibilidad de descubrir y prevenir una serie de alteraciones y anomalías del aparato locomotor, que una vez detectadas y tratadas a tiempo, van a suponer una mejora futura en la calidad de vida de los individuos, siendo el médico-ortopeda el encargado de corregir estos defectos posturales y anomalías ortopédicas.
A su vez como promotores directos de la salud, es conveniente aportar una serie de normas tanto para la vida cotidiana como para la actividad físico-deportiva incidiendo en aspectos ergonómicos y creando hábitos posturales correctos que eviten patologías y lesiones o agraven las enfermedades ya existentes. Es preciso el estudio de la estructura locomotora de nuestros alumnos/as para la correcta aplicación del currículo además de una adecuada selección y orientación deportiva.
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